Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 20, 22-33

22 Pero si digo al muchacho: “La flecha está más allá de ti,” vete,
porque Yahveh quiere que te vayas.


23 Cuanto a la palabra que tú y yo tenemos hablada, mira, Yahveh
está entre los dos para siempre.»

24 David se escondió en el campo. Llegado el novilunio, el rey se
puso a la mesa para comer.

25 Se sentó el rey en su asiento, como de costumbre, en el asiento de
la pared; Jonatán se sentó enfrente y Abner al lado de Saúl; el asiento de
David quedó vacío.

26 Saúl no dijo nada aquel día, porque pensó: «Será un accidente, no
estará puro por no haberse purificado.»

27 Al día siguiente del novilunio, el segundo día, se fijaron en el
asiento de David, y Saúl dijo a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha
venido a
comer ni ayer ni hoy el hijo de Jesé?»

28 Jonatán respondió a Saúl: «David me pidió con insistencia poder ir
a Belén.

29 Me dijo: “Déjame ir, por favor, porque es nuestro sacrificio de
familia en la ciudad y mis hermanos me han reclamado. Así que, si
he
hallado gracia a tus ojos, déjame hacer una escapada para ver a mis
hermanos.” Por esto no ha venido a la mesa del rey.»

30 Se encendió la cólera de Saúl contra Jonatán y le dijo: «¡Hijo de
una perdida! ¿Acaso no sé yo que prefieres al hijo de Jesé para vergüenza
tuya y vergüenza de la desnudez de tu madre?

31 Pues mientras viva sobre el suelo el hijo de Jesé, no estarás a salvo
ni tú ni tu realeza; así que manda a buscarlo y tráemelo, porque es reo de
muerte.»

32 Respondió Jonatán a su padre Saúl y le dijo: «¿Por qué ha de
morir? ¿Qué ha hecho?»

33 Blandió Saúl su lanza contra él para herirle y comprendió Jonatán
que por parte de su padre la muerte de David era cosa decidida.